2 de julio de 2016

Quince horas para verte, olerte y tocarte.




QUINCE, esas fueron las horas que estuve en el hospital antes de tenerte en mis brazos.




Rompimos aguas asi que al HOSPITAL que nos fuimos. De casa al aparcamiento llegamos en cinco minutos pero del aparcamiento a urgencias, no se cuanto echamos. Hay unos cuantos metros de distancia y al caminar, no paraba de arroyarme agua por las piernas. Cada poco tenía que parar porque me entraba la risa y me salía más, fue muy cómico. Si os pasa algo así os recomiendo ir con VESTIDO, llamas "menos" la atención y es más cómodo, no empapa como un pantalón.
Una vez en urgencias, no nos dieron muchas vueltas, mi barriga lo decía todo, ¡DIRECTA A MATERNIDAD!. Un reconocimiento por la matrona y la ginecóloga, junto con una prueba de monitores, sí, MONITORES, todo el embarazo escuchando hablar de "cuando vayas a monitores", y nadie me explicaba que era... unas maquinitas que te miden la frecuencia e intensidad de las contracciones, ese era el misterio. Determinaron que me fuera cómodamente a una habitación al no haber señales de parto. Horas de paseo por ese pasillo del hospital.




Cinco horas después, y sin dolores aún, tocaba un nuevo reconocimiento con una sesión de monitores. Segundo veredicto del día: no hay señales de parto... por ahora. Las entendidas en el asunto deciden ponerme una tira de PROPESS para que empiece el trabajo de parto a la mañana siguiente, 9-12horas después de harbérmelo administrado.




Una vez en la habitación decidí quedarme sola, total como muy pronto empezaría en 9 horas "la fiesta". Eché a mi marido para casa, me dí una ducha y ¡a dormir!




Una hora después, algo me despertó, ¿qué fue eso?, nada, seguro que es esta cama que es incómoda, sigue durmiendo... ¿y esto?, no será verdad, no puede ser... cogí el teléfono y comprobé con el reloj si era lo que yo creía, ¡BINGO!, cada 10 minutos una CONTRACCIÓN, pero no pasaron 20 minutos y bajaron a cada 8 minutos...no podía ser verdad, me habían dicho que mínimo 9 horas y solo había pasado una hora cuando me dio la primera. Llamé a la enfermera y, aunque me miró como si estuviera loca, llamó a la matrona, nuevo reconocimiento y sesión de monitores... estaba de PARTO. Si ellas no daban crédito, imaginaros yo. De vuelta a la habitación porque esto solo acababa de empezar.



Durante los monitores me dieron VÓMITOS y estos no cesaban, con cada contracción vomitaba...¡VEN YA!, le dije a mi marido por teléfono, que se quedó flipadísimo, no habían pasado apenas 3 horas desde que se había ido. No se si tardó mucho o poco, solo se que aquello ya dolía como nunca había sentido, que no paraba, que no había DESCANSO alguno como me habían dicho, que no valía ninguna POSTURA de las practicadas porque necesitaba vomitar... Aún me quedaba otro ratito en la habitación antes otro reconocimiento con  monitores, ¡que DOLOR!



De esta ya nos quedamos en monitores, lo mio era una contracción constante, sin descanso, un control constante por las especialistas que no contaban conmigo para esa noche. Una decía, "hay que pasar ya a esta chica"; la otra, "no tengo donde meterla"; le revatía, "está YA para pasar"; le respondía, "hay muchas de parto, no hay sala ni personal". No os penseis que se alejaban para discutirlo, como si no tuviese bastante con el dolor, tenía que escucharlas a ellas. ¡Dolor, dolor, dolor y más dolor!, por fin al PARITORIO.


Una vez colocada en la nueva camilla, me pusieron la EPIDURAL y fuera dolores, un alivio. Empecé con los PUJOS y... en lo que me pareció un plisplas gracias al apoyo, los ánimos, los besos, los abrazos, las caricias, las palabras y el cariño, de mi marido, compañero, amigo, complice...ESTABAS EN NUESTROS BRAZOS.



FELICIDAD MÁXIMA al verte, tocarte, olerte, escucharte, sentirte, y un millón de "tes" más dirgidos solos a ti. No cabía más AMOR en esa habitación.


Y así es como me impregné de tu OLOR A BEBÉ... a MI BEBÉ... me gustaría que me contarais como os llegó vuestro primer olor a bebé, ¿os apetece contarlo?


No hay comentarios:

Publicar un comentario