24 de junio de 2016

Agua

Para terminar este mini crucero he elegido como palabra representativa AGUA.

Puede que hayáis pensado que el motivo de mi elección es la necesidad de beber mucha agua durante el embarazo pero no, ahora os lo explico.

Ya en el último trimestre y deseando que llegase el frio del otoño, el verano se alargaba y se alargaba. Aquí, en el norte, es raro alargar la PLAYA en Septiembre, pues este año seguimos disfrutando de ella en Noviembre...cualquier otro año estaría dando palmas con las orejas. 



El calor acababa conmigo, por lo que los fines de semana aprovechaba a seguir con los paseos por la orilla (y no tan orilla) del mar. Por semana, con el horario normal de trabajo, me era imposible dar los paseos diarios asi que busqué una solución, NATACIÓN DE EMBARAZADAS. Si en vuestra ciudad os ofrecen esta actividad no lo dudeis, eran los 3 días de la semana que mejor dormíamos todas las que íbamos, jajaja, también es cierto que nuestra monitora nos daba mucha caña, mientras que a otras horas solo hacían relajación, RECLAMAR EJERCICIO.


Estos últimos meses fueron muy exigentes, dormía mal gran parte de los días, la espalda me molestaba mucho por el peso de la barriga y el cambio postural, seguía trabajando a pleno redimiento...pero las dos molestias por antonomasia fueron:

Los ARDORES que me daban prácticamente todos los días por la tarde y por la noche. Mi matrona no era partidaria de medicamentos asi que a probar "métodos de la abuela". Una recomendación que me aliviaba en gran medida era un vasito de LECHE FRIA, me relajaba bastante la zona. También me hablaron del regaliz de palo pero no lo probé, no soporto el olor en un estado normal, imaginaros embarazada.



LA RETENCIÓN DE LÍQUIDOS y los EDEMAS, pero a unos niveles de HOBBIT, jajaja, pies gigantes que solo entraban en los playerotes de caminar/correr. Menudas pintas para ir trabajar a la ofi, pero era eso o descalza. A esto se le unía un dolor intenso en las manos, que también se me hinchaban muchísimo, sobre todo por la noche, mirar si era problemático que por las mañanas no podía subir las persianas al no cerrar los dedos para hacer agarre. 
No había forma de mejorar ya, ni medias de compresión, ni duchas de agua fría, ni poner los pies en alto... Lo único que me aliviaba era la piscina, sobre todo si tenía suerte y tocaba clase en al piscina grande, el agua estaba más fria; y darme unas sesiones de masaje de drenaje linfático, conseguía hacer más pis y una vez dí a luz, liberé la renteción prácticamente en tres días, por tanto, considero que algo me ayudó, pero milagros no se consiguen a un mes del parto. Al final me dieron la baja y reposo compaginado con mini paseos, para evitar que subiera la hinchazon y llegar a un problema mayor, PRECLAMSIA.


Finalmente, el embarazo pasó y llegó el gran momento, ¿os gustaría saber como fue mi momento para llegar a sentir ese ansiado OLOR A BEBÉ?



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