13 de septiembre de 2016

La pesadilla de los gases.



No nos libramos de esta fase, los GASES estuvieron presentes en los PRIMEROS MESES de vida de nuestro olor a bebé. Escuchando la experiencia de otros padres esto de los gases es un mundo, los había que no habían pasado esta fase ni un solo día y otros que eran 24 horas al día las que tenían que lidiar con ellos. En nuestro caso, ni afortunados 100%, ni desafortunados 100%.

Los gases en nuestra casa tenían PUNTUALIDAD INGLESA, el reloj marcaba las 18.30 y se desataba la histeria en casa...llantos, gritos, retorcijones, cara roja, patadas...y así hasta las diez u once de la noche, algún día esporádico hasta las doce, día tras día. Nuestro olor a bebé lo pasaba mal, pero os aseguro que a mi, a pesar de no sentir dolor físico, me mataba no encontrar la forma de ayudar. La pediatra tampoco nos daba solución, es una fase por la que pasan los bebés decía, y como "tampoco era mucho tiempo" (a mi se me hacían eternas esas tres horas), nos recomendó no medicar ya que normalmente no sirve para nada.

Fueron pasando los días pero todo seguía igual, 18.30 horas igual a gritos y llantos, por lo que procurábamos estar siempre en casa para que fuese más llevadero para todos. A veces aparecía alguna visita inesperada que por lo general incrementaba el estado de ansiedad de nuestro olor a bebé porque no le gustaban nada los extraños (siendo extraño todo aquél que no fuesemos su padre o yo) y el mio. El no poder calmar el llanto, la visita alli, nosotros sin saber que hacer, la sonrisa y el sisisisi a todas las opiniones que salían por esas bocas...es recordarlo y me dan ganas de gritar ¡AAAAAAAAAA!... No entiendo la facilidad de la gente para opinar de algo cuando no tiene ni idea o cuando yo no me meto a opinar sobre su vida, ¡y claro que también tengo mi opinión!, pero la educación me puede.

Creo que se me ha ido un poco, jajaja, voy centrarme. Por donde iba... los gases, malditos gases.

En esas horas de caos probábamos todo lo que se nos ocurría, a veces funcionaba y a veces no, pero solo con 15 minutos de descanso nos valía.

- Cambio de postura: yo sostenía en cuello a mi olor a bebé en forma de "bolita" y normalmente le aliviaba, pero al rato más llantos. En ese momento hacía un pase a su papá que la sujetaba estirada con la barriguita pegada al hombro. Ese cambio postural hacía que soltara algún pedete de regalo y relajaba de nuevo. Al ratín, volvían los llantos y volvíamos a cambiarla de manos.

- Postura monín: (así la llamaba yo, jejeje) Teniendola cogida en vertical, colocaba uno de mis brazos hacia abajo en angulo recto y bajaba a mi olor a bebé hasta apoyarla en horizontal sobre el antebrazo, su cabecita quedaba apoyada en el doblez del codo y mi mano en forma de gancho entre sus piercenitas para hacer una buena sujección. En esta postura si que había "fuga de presos", vamos que se tiraba muchos pedetes y relajaba. Además le hacía un masaje en la barriga con la mano que me quedaba libre, este consistía en hacer una herradura o una U invertida en su barriguita, del lado derecho del ombligo, pasando por encima, y bajando por su izquierda. Le encantaba, se calmaba y hasta se dormía en muchas ocasiones. Eso sí, preparaos a pedir un brazo nuevo a los Reyes Magos porque agota. Ah! en esta postura siempre de pie y en movimiento, en cuanto me sentaba los ojos como platos y a protestar.



- Hacer gimnasia: le dedicábamos 5-10 minutos, dos veces al día, no aguantaba más porque es nervio puro. Consistía en echarla en el cambiador, cogerla por debajo de las rodillas para doblarselas hasta la barriga y estirar, y en hacerle giros de derecha a izquierda con las piernas flexionadas  hacia la barriga. Estos movimientos le mejoraban el tránsito...alguna caquita me llevé de regalo.




- Infusión de hinojo y manzanilla: si os va bien genial pero en mi casa una y no más, asique yo no os lo recomendaría. A mi me la dió una amiga porque a ella le iba genial pero menudo susto nos llevamos, le dió reacción y cuando me levanto para una toma por la noche, no abría uno de los ojos que lo tenía hinchado y rojo...como rayos a urgencias. Nunca más.


Finalmente y después de escucharlo hasta la saciedad y ser un poco incrédulos al respecto, se cumplió. El mismo día en que cumplió 3 meses los ataques de gases desaparecieron. Sí, os parecerá mentira como a nosotros pero os prometo que así fue. El día anterior se lo pasó entero durmiendo, cosa rara porque es la excepción a eso de que los bebés solo comen y duermen, protestó un poco a la hora fatídica y se volvió a dormir. Al día siguiente, 3 meses, ni rastro de las molestias por gases.



¿Cómo superó la fase de los gases vuestro OLOR A BEBÉ?


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